miércoles, 14 de enero de 2009

CULTURA NO ES ESO

Hace un par de días regresaba a casa en un omnibus. Todo iba bien, estaba sentado y el viaje era relativamente corto, hasta que ocurrió algo que me arruinó la calma. Uno de los pasajeros, que iba junto a su esposa, discutía con el cobrador y el chofer del bus, ¿El motivo? 40 céntimos. La pareja quería pagar 40 céntimos menos de pasaje, a lo que los responsables del vehículo se negaban rotundamente.

Y fue entonces que comenzó la andanada de insultos. El pasajero les dijo que entendía que estuvieran "mendigando por unas pocas monedas", pero que no estaba en la obligación de alimentarlos. El chofer, ofendido, le mentó la madre. En ese momento, era obvio que la situación se había salido de contexto (y de control).

Deben estarse preguntando porque una discusión omnibus (que se dan tan a menudo) es tema como para escribir un post, la respuesta es esta: Luego de un intercambio de palabras, el pasajero soltó una avalancha de insultos dirigidas al cobrador y al chofer, repetía sin cesar que eran unos "arrastrados", "muertos de hambre", que era una pena que "no hayan terminado la escuela", etc. Finalmente, como para coronar su exhibición de "superioridad cultural", les mencionó que el Petróleo había bajado, por lo tanto, debían bajar inmediatamente los pasajes, aunque entendía que ellos no lo supieran porque "¡Qué van a leer periódicos un par de campesinos muertos de hambre!".

Tanto el chofer como el cobrador, mantuvieron en todo momento la compostura. Incluso el conductor intentó bajar los decibeles de la pelea diciendo: "Amigo, por favor, respetos guardan respetos". Lejos de escuchar y aceptar el pedido, el pasajero respondió (ya totalmente fuera de sí): "¿A quién le dices amigo? ¡Te falta campesino! Pasarán varias generaciones antes de que puedas llamarme amigo". Para ese momento, ya los otros pasajeros nos dispusimos a callar al individuo, cosa que logramos después de varios tensos minutos.

Ya en casa me quedé pensando en toda la situación, y me di cuenta de lo poco que hemos crecido como país, si las personas supuestamente "cultas e instruidas" son capaces de tamañas barbaridades en contra de sus propios compatriotas. Me cuesta pensar que los recursos verbales que podrían componer tantas cosas bellas puedan usarse también para denigrar moralmente a otro ser humano de una manera tan absurda. Mis bisabuelos paternos fueron campesinos de caballo y chacra, y me enorgullezco de ello. He conocido chóferes y cobradores con amplia cultura, y otros con rezagos de la violencia en la que crecieron, un panorama que también he visto en profesionales de saco y corbata. Y es que en un mundo de colores, no podemos pensar que todo es blanco y negro.

Vale la pena recordar que la cultura no puede ser representada por un cartón de bachillerato y/o maestría, la cultura también es la que tienen los que saben respetar la dignidad de otros. No me vale la cultura de esos políticos que saben mucho de economía, pero que saben también coger algunas moneditas, y me da asco la cultura de algunos profesionales que saben engañar a los pueblos nativos para que regalen sus tierras.

Prefiero la cultura del campesino que sabe hablar con la naturaleza, que comparte su calma con el viento andino, prefiero la cultura de mi abuela, que aprendió a leer a los 50, y sabe hacer sentir a cualquiera como un rey cuando hay visitas, su cultura que me dice siempre lo que necesito antes de lo que quiero oir. Prefiero la cultura de los que antes que dar órdenes piden por favor, y la cultura de los niños, que saben siempre ser sinceros y que rien, lloran y corren como si la vida durara un día. Esa es la cultura que quiero y respeto.

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